Nevado Chicón |
Cuentan que durante el tiempo de los incas vivía un descendiente de la nobleza en Yucay. Éste tenía una bella hija, quién ya estaba en edad de casarse. Al ver que su pueblo carecía de agua, decidió ofrecer la mano de su hija al hombre que trajera este preciado elemento. Y así sucedió que dos jóvenes se atrevieron a realizar el reto.
Uno de los jóvenes subió hasta lo más alto del nevado Chicón y abrió una canaleta para que la nieve derretida fluyera hasta Yucay; mientras el otro joven se fue hacia Huayoccari e hizo una pequeña abertura al lado del río Vilcanota. De esta manera, el segundo joven desvió un poco de agua hacia Yucay.
El joven que dirigía la nieve derretida desde Chicón, lo hizo con mucho esmero, haciendo un delicado trazo sobre la montaña, lo que le demandó más trabajo; mientras que el otro joven dirigía las aguas del Vilcanota con fuerza y brusquedad. Los pobladores afirman que éste último terminó primero con su trabajo y que el otro al verse vencido, decepcionado abandonó el reto y su obra nunca llegó a Yucay.
Desde entonces se aprecia el curso del río Chicón, limpio y delgado; y también el riachuelo desviado del Vilcanota que nunca ha dejado de fluir.
(*) “¡Uno chayamun! = Frase quechua que significa ¡El agua llegó!
Distrito de Yucay |
Fuente: Eusebio Hancco Cconchoy
Investigación: Lena Hancco Ayma
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