El pishtaco intenta redimirse (Segunda parte)

Debido a la versión extensa del relato, "Historias proscritas" publicó este mito dividido en dos partes, he aquí la última entrega del relato ayacuchano.

Y el cura también de miedo se cae del púlpito hacia el suelo. El hombre sigue parado y reacciona el cura y dice: “Señor cura ¿qué podría hacer yo antes de que me desprestigie? ¿Qué podría hacer para salvarme yo, para yo reivindicar como otra gente?” y dice el cura: “Lo único que puedo aconsejarte a ti es que tres noches, tres noches amaneces acá arrodillado te salvarás, te salvas tres noches, pero con la condición que no mires a la puerta, cualquier persona que te llame no mires a la puerta, solamente al altar mayor, mira de frente y después obedece y salvo ella, ahí está.
A las diez, once de la noche llega sus primos, sus familiares, sus tíos muertos llega y llama: “Sobrino mío por qué tú estás acá, mírame siquiera de reojo dime, mírame hacia la puerta, estamos la familia”. Entre eso no lo miran.
Y después, al día siguiente amanece y dice el cura: “Solamente dos días te esperan y después el pishtaco obedece obediente. Amanece y otras familias llegan también y hace más cerca, más voz alta empieza a gritar y después, “ya última noche, ahora sí ya te estás salvando así vas a continuar te salvarás de todo”.
Esa noche llega a la última noche, llega su papá, su mamá, sus hermanos menores. Todos llegan a las diez en punto de la noche y dicen: “Hijo mío por qué me abandonaste, por qué me dejaste. A ti te he dado tu teta, te he dado este mundo, derramando sangre. Tu padre trabajando en la chacra con sus manos callosas, estaba trabajando, eso pudiste comer y por qué tu ingratitud que no me nos miras, mira nomás atrás,  mira”.
El hombre no podía soportar lleno de dolor se vino para ¡pum! con la cabeza atrás. Ya estaba en la puerta de la iglesia y allí en torno de un fuego estaba esperando, en torno de candela el diablo estaba esperando. Y ahí lo botan al hombre al fuego, lo botan y eso lo llevan al infierno.
Y después, como el pishtaco tenía fe único a la cruz, entre eso, llega al infierno, estaba por empujar al caldo del infierno; en ese momento, la cruz que ha dejado en su cueva, se incrusta en la puerta del infierno, se incrusta, por la fe que tiene el pishtaco, se incrusta  y los diablos dicen: “Por qué no se quema este maderoncito, por qué no lo traga este infierno esta cruz” y no lo tocan nadie, hasta las flores que ha puesto el pishtaco resiste, mismo color, no marchita igualito estaba ¿Qué clase de eso es esta cruz? Que iba donde está Jesucristo: “Señor Jesucristo, usted nos entregó a este hombre a nuestra gente. Hay una cruz que se incrustó y no se quema y él dice que no puede entrar ese hombre al infierno. Será perdonado dice esa cruz, habla, solamente la voz escuchamos”, dice a Jesús.
“¡Nooo!, con hacha con barreta métanlo, esa cosa, cómo va a ser que un palo va hacer resistir al infierno, al calor. Ustedes me están mintiendo, les dice (Jesús).
Lo tiran con machete, con hacha, quieren golpear y no lo pueden. Y habló otra vuelta a la cruz: “Dígale Jesús, dígalo usted ¿quién era tu padrino en la hora de tu muerte? ¿En brazos de quién estaba crucificado y dónde dejaste la sangre del ladero? ¿En qué cruz? Por esa cruz será perdonado este hombre” y Jesús recuerda la última morada en que estaba crucificado y recuerda el cierto en la cruz en nuestro. “Por esa cruz será perdonado y déjenlo libre al hombre”.
Alcanzó por la fe de la cruz, alcanzó este Pishtaco a salvarse su vida por la cruz.



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¿Qué es Historias Proscritas?

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